Sunday, May 18, 2008


Thursday, October 12, 2006

LLEGAR A EL PELADERO... ¡¡ UNA HUEVADA !!



¡¡ NO TE PODÉS PERDER !!
Y si te perdés... ¿viste?... no es culpa nuestra.
De todas maneras es un derrotero sencillo, que se desliza suave de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, una y otra vez, como una espiral de autos y bicicletas, giros imprevisibles del camino que andarán tus alpargatas "Rueda-Luna".
Verás algunos descampados donde mora "El Chupacabras". Procura no quedarte dormido en uno de ellos, porque el falaz animáculo puede atacarte en sueños y provocarte heridas de precisión quirúrgica y extraterrestre, lesiones forenses que darán motivos de charla a los terrosos lugareños y editoriales al conductor de "La Voz del Campo".
También hay casas a medio empezar o medio-terminadas, según sea el tamaño de la esperanza de arquitectos e hipotecados. No se puede pernoctar en ellas. Está prohibido: son de los Bancos, de sus cuotas enormes y sus letras pequeñas.
De todas maneras puedes tomar una cabañita, hacerla tuya por unas horas, una siestita, por lo menos hasta que llegue un albañil, un cimarrón te ataque la botamanga o te decidas a continuar viaje. Despedi la casita con nostalgia: sabés que nunca será talcomo la soñó aquella pareja de recién casados, esa que discutirá por la escritura cuando les toque a ellos despedirse frente al letrado.
En los terrenos cercanos a "El Peladero" hay eucaliptus y no en forma de pastillas, sino en su etapa previa de hojas y árboles. Esas golosinas primigenias ondean con el viento y - de vez en cuando - vuelan apareadas con alguna pluma blanca que llega (también) de un pasado Peladero. Ve tras ella, persíguela... serás como un Forrest Gump atrás de la plumita, un boludo desencajado y mirando para arriba.
Pero que no te de verguenza, ella te guiará a pocos metros de allí , donde encontrarás pollos con carne de gallina, deambulando por el césped o acodados en la barra, desnudos de pelos y prejuicios, decididos a refrescar el cacareo con el fondo blanco de un verdoso caldo vegetal.
Y éste, probablemente, sea el exacto final del viaje: cualquier verdura.-
by oBe